domingo, 13 de noviembre de 2011

Muerte y vida


El mar siempre  guarda un secreto, siempre esconde una sorpresa, casi siempre  deja volar el pensamiento… O será tal vez que para mí es muy fácil tender con mis lágrimas el puente que necesito para sentirme una con él. A veces lloro de felicidad, es tanta su belleza… Otras veces en su orilla encuentro el lugar perfecto, el límite entre la tierra y el agua, mitad vida y mitad muerte según se cruza el umbral, y allí, donde los dioses juegan a ser humanos es donde me encuentro contigo, donde me encuentro conmigo...

Hoy el sol brilla sobre la arena… Vas a morir.

Caminaba lentamente, mis pies acariciados con el ir y venir de las olas, en mis labios tu nombre como un mantra sagrado...

Las olas suben y suben y casi rozan tus plumas blancas y cenicientas. Vas a morir y ojalá sea pronto…

Viniste hacia mí, una desconocida que se acercaba,  y me preguntaste "por qué" entre gemidos de animalillo confuso.
Bajé a la realidad por ver el motivo.
De nuevo la sal de mis lágrimas se une a la sal del mar. Esta vez solo silencio. No hay respuesta para ti. La muerte no se explica, como no se explica la vida, se siente...

Y me llena de ternura verte ahí, a su lado, acompañando la gravedad del momento...
Y me traslado a mi otro cielo para buscarte a ti, a mi lado, pero has desaparecido...
No te encuentro.
Silencio...
Y de nuevo, las olas del mar.

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