18 de julio
Sigo contemplando la vida que florece alrededor de aquella barca,
la sigo amando...
Esas nostalgias esculpidas en el silencio y que el mar dejó ancladas un día en tierra firme,
hoy echan raíces de libertad,
y quién sabe si crecerán maderas nobles con las que construir nuevos navíos...
Es una imagen bellisima... llena de contrastes, como la vida misma.
ResponderEliminarNo hay que perder la esperanza y aunque la vida diga siempre, continuar, parar la mente y el espiritu un breve instante en el recuerdo, lo fortalece y mima.
Un placer siempre pararse en el acantilado, gracias por compartir...
Me encanta que te guste. Bonitas palabras Mar. Gracias!
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